
Imagen de Son las grandes empresas las que están despidiendo trabajadores en la era Milei
Los datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) procesados por el CEPA muestran que, entre noviembre de 2023 y mayo de 2025, se destruyeron 223.537 puestos de trabajo formales y se redujo el número de empleadores con personal registrado en 15.564 empresas. La dirección del ajuste es clara: las empresas de mayor tamaño son las que más expulsan trabajadores, mientras que las PyMEs resisten con menos recortes pese a enfrentar un contexto recesivo y de alta presión de costos.
Quiénes despiden
El 74% de los empleos perdidos en el período (equivalente a 165.625 puestos) se concentró en empresas con más de 500 trabajadores. En contraste, las compañías de hasta 500 empleados redujeron sus dotaciones en 57.912 personas (26% del total). En términos porcentuales, las grandes recortaron 3,46% de su personal, tres veces más que el 1,14% que disminuyeron las PyMEs.
Sectores más golpeados
La construcción encabeza la caída relativa del empleo con un desplome del 16,9% y una merma superior a 80.000 puestos. El transporte y almacenamiento perdió casi 55.000 empleos (-10,3% en términos relativos), y la industria manufacturera redujo su plantilla en más de 39.000 trabajadores. En el mapa empresario, también se achicó el número de empleadores en transporte, servicios inmobiliarios y comercio, reflejando el retroceso del tejido productivo.
Lo que muestran los números (y lo que oculta el relato)
El oficialismo intenta atribuir la destrucción de empleo a las supuestas ineficiencias de las pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, los datos desmienten esa narrativa: son las grandes corporaciones las que lideran los despidos. Con desregulación, apertura y un freno a la obra pública que impacta en cadena sobre proveedores y contratistas, el modelo vigente potencia la financierización por sobre la producción nacional y el empleo de calidad.
Por qué importa para la producción nacional
Cuando las grandes compañías ajustan por el lado del trabajo, el efecto derrame es negativo: caen ventas, se paralizan inversiones y se debilita la red de proveedores PyME. Defender la industria y el mercado interno no es una consigna vacía, sino la condición para estabilizar el empleo y sostener un entramado empresario diversificado, con arraigo federal y capacidad de generar valor agregado.
Fuente: CEPA en base a datos de la SRT. Informe “Análisis de la dinámica laboral y empresarial – Datos a mayo 2025” (agosto 2025).