
Imagen de Emergencia energética: el Gobierno extiende los cortes de gas a industrias y restringe el GNC
La ola de frío expuso las debilidades estructurales del sistema energético: se limitaron los envíos a Chile, se redujo el uso de GNC y se amplió el corte a grandes industrias. La crisis pone en jaque al sector productivo.
La persistente ola polar que azota gran parte del país profundizó la crisis energética y obligó al Gobierno nacional a extender los cortes de suministro de gas natural a industrias de todo el país, limitar el uso de GNC en estaciones de servicio y restringir las exportaciones a Chile. La medida, dispuesta en el marco del operativo de emergencia de Enarsa y la Secretaría de Energía, apunta a priorizar el abastecimiento residencial ante el colapso de la infraestructura.
El sistema gasífero ya venía tensionado desde fines de mayo, cuando comenzaron las bajas temperaturas. Sin embargo, la situación escaló esta semana a niveles críticos, con consumos récord que superaron los 160 millones de metros cúbicos diarios. Esta sobredemanda superó la capacidad de transporte de los gasoductos y expuso la falta de inversiones en infraestructura y mantenimiento.
Según detallaron fuentes oficiales, la decisión de cortar el suministro a grandes usuarios industriales busca evitar una caída generalizada en el sistema. Las restricciones alcanzan a empresas que operan bajo contratos interrumpibles, especialmente en el centro y norte del país, donde la presión en los gasoductos es más baja.
A su vez, el uso de GNC quedó limitado en estaciones de servicio que no cuenten con contratos firmes, y se redujeron a mínimos los envíos a Chile por el Gasoducto Trasandino. Estas decisiones impactan tanto en la movilidad como en la actividad exportadora de energía, una de las apuestas estratégicas del Gobierno.
Desde el sector empresario alertan por el fuerte impacto que estas medidas tienen en la producción. Cámaras industriales de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires señalaron que los cortes afectan turnos completos y comprometen la entrega de pedidos. “Sin energía no hay industria, y sin previsibilidad no hay inversión”, advirtieron en un comunicado conjunto.
A la par, técnicos del sector energético advierten que esta crisis vuelve a poner sobre la mesa los efectos del retraso en obras clave, como la finalización del Gasoducto Néstor Kirchner y la ampliación de plantas compresoras. También critican la falta de planificación y mantenimiento en redes secundarias, especialmente en zonas industriales.
Mientras tanto, el Gobierno evalúa mantener las restricciones durante toda la semana, en función de la evolución climática. Enarsa aseguró que se están gestionando cargamentos adicionales de GNL y reforzando la inyección desde Bolivia, aunque los volúmenes resultan insuficientes frente a la actual demanda.
La situación vuelve a dejar en evidencia las tensiones estructurales del sistema energético argentino: un consumo invernal cada vez más alto, una infraestructura insuficiente y una matriz de decisiones que suele llegar tarde. Con la industria en alerta y los hogares con la calefacción al límite, la crisis del gas vuelve a prender una luz roja en la política energética nacional.



