
ProTextil 2025 reunió en Avellaneda a referentes del sector textil argentino
El 7 de octubre de 2025, el Teatro Roma de Avellaneda fue sede de ProTextil 2025, la convención anual de la Fundación ProTejer que volvió a poner en primer plano a la cadena textil-indumentaria como termómetro del mercado interno. Bajo la pregunta guía “¿Argentina está a contramano del mundo?”, el encuentro ordenó un diagnóstico compartido: la apertura comercial sin administración inteligente, la caída del consumo y el costo financiero están erosionando empleo, inversión y capacidades, especialmente en PyMEs. Sobre ese tablero, empresarios y dirigentes políticos reclamaron reglas de competencia equitativas, financiamiento productivo y un marco de previsibilidad que conecte macroeconomía, microeconomía y gobernabilidad.
Qué dijeron, uno por uno
Axel Kicillof — Gobernador bonaerense
En la apertura, Kicillof eligió el impacto para sintetizar el momento: un sector con “más de medio millón de puestos de trabajo” que hoy opera con “seis de cada diez máquinas paradas”. Atribuyó la crisis a la combinación de costos dolarizados, apertura importadora sin control y un ajuste convencional que desengancha la macro de la economía real.
“Hoy creo que estamos ante un plan de exterminio de la industria nacional.”
Defendió el rol del Estado como condición habilitante de la inversión privada —rutas, puertos, energía— y llamó a ordenar la discusión en clave de desarrollo: “Argentina es un país industrial, de cultura industrial”, insistió, instando a empresarios a visibilizar lo que ocurre en plantas y territorios.
Luciano Galfione — Presidente de Fundación ProTejer
El 7 de octubre de 2025, el Teatro Roma de Avellaneda fue sede de ProTextil 2025, la convención anual de la Fundación ProTejer que volvió a poner en primer plano a la cadena textil-indumentaria como termómetro del mercado interno. Bajo la pregunta guía “¿Argentina está a contramano del mundo?”, el encuentro ordenó un diagnóstico compartido: la apertura comercial sin administración inteligente, la caída del consumo y el costo financiero están erosionando empleo, inversión y capacidades, especialmente en PyMEs. Sobre ese tablero, empresarios y dirigentes políticos reclamaron reglas de competencia equitativas, financiamiento productivo y un marco de previsibilidad que conecte macroeconomía, microeconomía y gobernabilidad.
Qué dijeron, uno por uno
Axel Kicillof — Gobernador bonaerense
En la apertura, Kicillof eligió el impacto para sintetizar el momento: un sector con “más de medio millón de puestos de trabajo” que hoy opera con “seis de cada diez máquinas paradas”. Atribuyó la crisis a la combinación de costos dolarizados, apertura importadora sin control y un ajuste convencional que desengancha la macro de la economía real.
“Hoy creo que estamos ante un plan de exterminio de la industria nacional.”
Defendió el rol del Estado como condición habilitante de la inversión privada —rutas, puertos, energía— y llamó a ordenar la discusión en clave de desarrollo: “Argentina es un país industrial, de cultura industrial”, insistió, instando a empresarios a visibilizar lo que ocurre en plantas y territorios.
Luciano Galfione — Presidente de Fundación ProTejer
Galfione encuadró la coyuntura en un problema de competitividad sistémica: demanda deprimida, importaciones a precios históricamente bajos y ausencia de valores criterio, mientras suben costos en dólares para quienes producen en el país. El resultado: utilización de capacidad en pisos y avance de la informalidad.
“No estamos en contra de competir, pero debemos competir en igualdad de condiciones.”
Planteó un giro en los incentivos: en vez de reducir aranceles de modo unilateral, bajar impuestos a quienes invierten y generan empleo, en línea con lo que están haciendo las economías que repatrian manufactura y protegen cadenas de valor estratégicas.
Miguel Ángel Pichetto — Diputado nacional
Con una lectura política del tablero económico, Pichetto comparó la ingeniería cambiaria actual con experiencias de tablita y crawling-peg, y cuestionó la primacía financiera sobre la producción. Propuso herramientas fiscales y arancelarias para frenar la competencia desleal que ingresa por plataformas y recuperar la tracción del mercado interno.
“El Ministerio de Economía es una mesa de dinero.”
Anticipó que trabaja en un esquema de incentivos a la industria —rebajas impositivas, amortización acelerada, crédito productivo— y un aumento de aranceles a importaciones que ingresan sin equivalencia de reglas.
Marco Meloni — Empresario textil
La voz empresaria puso en foco la gobernabilidad de las decisiones. Meloni admitió haber tenido diálogo con autoridades, pero sin ventanilla real para corregir rumbos que afectan a la cadena textil. La sensación de un camino único y excluyente, dijo, se traduce en incertidumbre en inversiones y empleo.
“El diálogo sí, tuvimos… pero no hay posibilidad de cambiar algo.”
Marina Dal Poggetto — Economista
En el cierre, Dal Poggetto enlazó los tres vértices que —sostuvo— deben alinearse para estabilizar: un programa macro creíble, productividad sistémica para abrir sin destruir sectores y una gobernabilidad que blinde en el tiempo las reformas. Explicó que la dinámica cambiaria futura dependerá de la capacidad política de asegurar pagos de deuda y ordenar expectativas.
“El tipo de cambio va a depender de la gobernabilidad y va a depender de la refinanciación de la deuda.”
Advirtió que el péndulo histórico entre aperturas y cierres, con atraso cambiario de un lado y distorsión de precios del otro, mina la previsibilidad. Para el textil, calculó, los precios relativos hoy están por debajo de niveles de equilibrio previos, lo que exige políticas específicas orientadas a productividad y financiamiento.