
Análisis sobre el documental de Ofelia Fernández y el rol estatal en la regulación digital
Documental: ¿QUÉ le PASA a NUESTRA GENERACIÓN? | CÓMO SER FELIZ por Ofelia Fernández
El reciente documental de Ofelia Fernández provoca un análisis profundo sobre el lugar que ocupa la tecnología en la felicidad y la existencia humana. En este contexto, Tomás Trape, Mauricio Vera y Facundo Pedrini plantearon críticas y reflexiones sobre cómo el Estado debería intervenir en la regulación del ámbito digital y sobre si el impacto que se observa corresponde más a una cuestión generacional o a diferencias de clase social.
Uno de los puntos centrales del debate » ¿Cómo ser feliz? «estuvo marcado por la idea de que “vivimos dentro de un vicio llamado celular” que provoca ansiedad y vacío. Según la reflexión compartida, “la tecnología, un poco citando a Spinoza, es una esperanza triste que no te hace más poderoso, sino que te reafirma permanentemente tu impotencia porque viene de afuera”. Se destaca además un cambio en el discurso político, que actualmente busca vincularse más con la realidad de las personas, y se cuestiona la capacidad del Estado para regular eficazmente las plataformas digitales: ¿Cómo avanza un Estado lento, con burocracia rigurosa, sobre un espacio digital dinámico y poderoso?
El debate toma en cuenta que la problemática digital podría no ser igual para toda la sociedad y enfatiza la necesidad de considerar las desigualdades sociales: ¿Esto funciona igual para todos o es distinto para los pobres?
Así se pone en foco la importancia de pensar una agenda pública adaptada a un hardware estatal obsoleto frente a un cambio tecnológico veloz.
Regulación, desafíos y futuro del uso de la tecnología
La discusión plantea que para enfrentar los desafíos que plantea la tecnología en la vida social contemporánea, el Estado debe superar su lentitud y pensar en nuevas formas de regulación que protejan a los usuarios y contemplen las diferencias sociales reales. El documental de Ofelia Fernández pone en primer plano cómo se percibe esta situación en la generación Z, que siente estar atravesando las peores condiciones vitales, pero también invita a reflexionar sobre la clase social y cómo esta influye en la experiencia digital.
Este debate abre caminos hacia una evaluación del rol estatal con una perspectiva amplia, más allá de la coyuntura política de concentración o extranjerización tecnológica, poniendo en relieve la necesidad de fortalecer la soberanía digital y las políticas públicas que garanticen inclusión y bienestar. Fuente: Instagram.



