
¿Quiénes están detrás de esta estrategia?
La Asociación Empresaria Argentina (AEA), que reúne a los CEOs de empresas como Techint, Mercado Libre y Clarín, promueve una política de total desregulación que debilita a las pymes y concentra la riqueza.
Los bancos y el sector financiero, que con Federico Sturzenegger como referente de la «nueva economía», ganan con la especulación mientras la industria se derrumba.
La Mesa de Enlace, que se beneficia de la eliminación de regulaciones, dejando sin protección a pequeños productores.
La Unión Industrial Argentina (UIA), que, en lugar de defender a la industria nacional, se mantiene en silencio ante el avance de las importaciones indiscriminadas.
El gobierno de Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, que ejecutan un ajuste feroz que solo empobrece a los trabajadores y beneficia a los grandes grupos económicos.
Mientras los empresarios más poderosos se enriquecen, las pymes cierran, el desempleo aumenta y la represión se convierte en la respuesta oficial al descontento social.
> «El poder económico ha decidido que la única respuesta a la crisis es reprimir a quienes la sufren, en lugar de cambiar un modelo que solo beneficia a unos pocos.» — Analistas económicos.
LA REPRESIÓN COMO HERRAMIENTA DEL PODER ECONÓMICO
En lugar de atender las demandas de una sociedad cada vez más castigada, el poder económico y el gobierno han optado por la represión como estrategia de control.
Ejemplos recientes de criminalización de la protesta:
Movimientos sociales atacados en marchas y cortes de ruta, con detenidos y persecución judicial.
Sindicatos en alerta ante la represión a los trabajadores, en un contexto donde Milei intenta eliminar el derecho a huelga.
Discursos oficialistas que criminalizan la protesta, instalando la idea de que quienes reclaman son «delincuentes».
¿Por qué esta estrategia?
Desviar la atención de la crisis económica.
Evitar que la protesta social crezca y ponga en jaque al modelo de ajuste.
Asegurar que el costo del ajuste lo paguen los sectores populares, mientras los grandes empresarios siguen acumulando riqueza.
El objetivo del poder económico no es salvar al país, sino mantener su posición de privilegio.
QUIÉN GANA Y QUIÉN PIERDE CON EL MODELO DE AJUSTE Y REPRESIÓN
Mientras Milei y su equipo económico ejecutan el plan de ajuste, los grandes grupos económicos siguen ganando.
¿Quiénes son los beneficiados?
Los bancos y el sector financiero, que especulan con la devaluación y el aumento de tasas de interés.
Las corporaciones multinacionales, que aprovechan la apertura de importaciones sin restricciones.
El campo más concentrado, que vende sus productos al exterior sin regulaciones ni retenciones.
¿Quiénes son los perjudicados?
Los trabajadores, que pierden poder adquisitivo mientras los salarios quedan congelados.
Las pymes y la industria nacional, que no pueden competir con los productos importados y ven caer su producción.
Los sectores más vulnerables, que enfrentan aumentos en alimentos, transporte y servicios esenciales.
El ajuste no es para todos: mientras la mayoría sufre, unos pocos siguen acumulando poder.
¿CUÁNTO TIEMPO PODRÁ SOSTENERSE ESTE MODELO?
La pregunta es: ¿Hasta cuándo podrá sostenerse este modelo basado en ajuste, represión y concentración de la riqueza?
Los indicadores muestran un panorama insostenible:
Aumento de la pobreza y la indigencia.
Caída del consumo y de la actividad industrial.
Crecimiento de la conflictividad social y la represión estatal.
El poder económico juega con fuego: si sigue priorizando sus intereses por sobre la estabilidad social, el descontento seguirá creciendo y el conflicto será inevitable.
Fuente:
El Destape – ¿A qué juega el poder económico?